1. Identificar las áreas de alto riesgo:
Por ejemplo, resultados altos de ATP o constantes resultados positivos en las pruebas de alérgenos en áreas específicas de las instalaciones pueden dar un pista de un problema inminente de sanitización. El cual debe ser tratado de manera inmediata.
2. Análisis de tendencias o problemas cíclicos:
¿Notaste en el invierno, un aumento de E.coli en tu fuente de agua? Los cambios del clima como el aumento de las lluvias, pudiera afectar adversamente tus medidas de inocuidad, señalando la necesidad de un ajuste en tus rutinas de análisis. La revisión contante de tendencias microbiológicas serán determinantes en este tema.
3. Efectividad de los procesos de limpieza:
¿Las pruebas específicas de un alérgeno resultan alteradas cuando la limpieza es ejecutada por el turno nocturno? Eso puede indicar la necesidad de más capacitaciones o una re-evaluación del procedimiento de remoción del alérgeno.
4. Optimizar la frecuencia de las pruebas:
Los análisis de tendencias puede mostrar las áreas de alto contacto o zonas de alto riesgo que necesitan de más pruebas de ATP o de siembra microbiológica, mientras que en otras áreas se pueden reducir frecuencias sin comprometer la seguridad.
5. Desempeño de proveedores:
Al correlacionar los datos microbiológicos obtenidos, con los productos utilizados (materias primas, productos de limpieza, insumos, etc.), se podría identificar los proveedores más seguros y por ende una decisión de compra más acertada.
Con estos cinco secretos esenciales para que empieces tu plan de seguridad alimentaria, podrás fortalecer la protección de tus productos y garantizar la confianza de tus consumidores.